viernes, 23 de agosto de 2013



¿Las reglas se volverán a romper?

@Topacio1988
@GabyGarzn

Capitulo #3

Pagan


El día se encontraba nublado; dos nubes grises y espesas opacaban los rayos solares. Una fría brisa acariciaba mi cabello ligeramente. Devolví la cortina de la ventana a su lugar y me volteé dispuesta a darme una ducha. Habían pasado casi dos semanas desde la fiesta y Dank había discutido tanto con Gee que al final tuve que intervenir y él accedió a darle dos semanas para que deliberara sobre su situación con Loose.

Era viernes y Dank estaba haciendo su trabajo. Yo tenía varios días que no hablaba con Gee, quería verla y preguntarle cómo se encontraba. Pero era imposible, cuando la veía siempre me evadía, muchas veces  ni quiera se pasaba en su cuarto y ya solo quedaban cinco días más para que terminara su semana reflexiva y tomara una decisión.

Me agaché para tomar una bola de papel arrugada y la tire a la basura, pero pensándolo mejor limpie un poco el desorden de Miranda; papeles de la Universidad tirados por doquier y algunas piezas de ropa desperdigadas por todo el dormitorio. Era norma que en cada salida con Nathan ella siempre hiciera  sus cambios de vestuarios y peinado dos horas antes de cada cita. No pensaba regresar esta noche, después de ver una película se quedaría con su novio el fin de semana. Cuando me pregunto si estaba bien, le conteste que sí, ya que Dank vendría hoy después de una gira –mentí- ella se fue más tranquila. Debido a la ausencia de Gee, no le gustaba dejarme sola. En definitiva Miranda es una gran amiga, continuamente preocupándose por mí.


Después de haber puesto en una funda todos los desperdicios y ordenado su ropa, el cuarto se notaba mucho más decente. En realidad también lo hice para entrar en calor y hacer tiempo para ver a mi chico favorito; mi hermoso novio. Con una sonrisa impregnada en mi cara cogí una toalla y me dirigí hacia el baño.
Luego de mi muy apreciada ducha, me puse un abrigo rosa y un par de jeans y me dispuse ver un poco de televisión. Eran apenas las siete de la noche y ya comenzaba a aburrirme. Pasé por algunos canales de chismes, de farándula y otros de realitys cuando un pequeño sonido chirriante me alertó. Apagué la tv para oír mejor, era en el cuarto de Gee, era el de una puerta cerrándose despacio,delatandola de inmediato. Esto solo me hizo pensar que Gee se encontraba ahí.
Mis pies tomaron vida propia y se encaminaron hacia el otro lado de su habitación. Quería hablar con ella. Sabía que podría sentirse mal. aunque ella jamás lo reconocería, pero solo quería ayudar. La apreciaba, y mucho. Mi mano tomó el pomo de la puerta, girándola suavemente, esta cedió y mis ojos no creían lo que estaban viendo.



….

Envolturas plateadas, doradas adornaban el piso; habían cajas en formas triangulares, otras cuadradas,  redondas, pero ninguna de corazón, desparramadas por todo el dormitorio, vacías. Pude contar el menos cinco cajas de chocolate. Mi cerebro apenas podía procesar aquello, parpadee un par de veces, di otro paso alejándome  de la puerta cuando otra envoltura roja fue tirada y el sonido de un papel siendo desenvuelto una vez más resonó en todo el espacio.

-Me siento patética Peggy Ann – dijo Gee con una amargura en la voz

Ella estaba en la cama con el cuerpo ubicado de espalda a mí, su cabeza estaba en una almohada  que consistía en una funda de gomitas de osos, las piernas recogidas y en cabezal de la cama había barras de chicles, y un sin números de dulces que parecía que la nueva dulcería estaba siendo situada en este cuarto de Gee.

-Gee, yo… comencé hablar medio entrecortado

-Lo sé, quieres ayudarme, pero no necesito a nadie –murmuró con terquedad

-Lo que ven mis ojos dicen prácticamente lo contrario, Gee –dije suavemente

-Aunque quisiese entrar en un coma diabético, no puedo. Llevo comiendo dulces desde ayer ¿Y sabes qué es lo único que obtenido de todo esto?

-No –dije muy bajito -

Una risa escandalosa resonó en el cuarto.

– Sentirme miserable y eso es una estúpida emoción de mierda, no puedo sentir, Peggy Ann, lo tengo prohíbo. Pero no, aquí estoy yo, dejando sin dulces a niños inocentes por mi grandiosa hazaña de jugar a los sentimientos como lo hacen los humanos.-

Quise decirle algo reconfortante, pero en vez de eso crucé los brazos muy flojos donde me encontraba y decidí no interrumpirla.

-¿Sabías que Dankmar me dio vacaciones? -

-Gee, él solo quiere que te tomes tu tiempo y hagas lo correcto-

-Me ha reemplazado con la insípida de Jaslyn ¿puedes creerlo?- Rió estrépitosamente-

Se levantó un poco de su posición solo para coger la Nutella que estaba en la mesita, luego tomó otra vez su posición. Nunca miró donde yo estaba.

-Tengo cinco putos días más para decidir algo, y no lo hecho ¿y sabes qué es lo peor?

Hice un amago de abrir mi boca, pero ella continuo.

-Que muy pronto será convertida en crispí picante- rió una vez más- y la tonta de Jaslyn se va a quedar con mi puestoooo- dijo casi cantándolo

-Gee, yo… -lo intenté una vez más, pero fue como si no me oyera.-

-Sabes, Loose es valiente, fuerte, es responsable, tiene unos ojos hermosos que brillan cada vez que me mira, él me hace reír, Peggy Ann, mi cuota de risa diaria siempre la tengo segura con él, me protege, el protege a su “Princesa Caliente” porque así me dice -

Oía que seguía masticando algo, pero no estaba segura si eran otra vez bombones o gomas.

-No se ha metido más con las idiotas groupies. El plan que hice para que me detestara la noche de la fiesta me falló terriblemente porque termine en sus brazos, nena. SÍ, así como lo oyes. Es que besa como los dioses y no digo nada de lo otro porque me acaloro – un refresco fue destapado, y  vi que tomó un sorbo.

Me abracé a mí misma porque sabía que Gee lo necesitaba, pero nunca me lo iba a permitir enterré mis uñas un poco porque me dolía verla así.

-Debería de añadir, "idiotamente seducida por un humano" a mis otras dos emociones anteriores.

-Patética, miserable y la que más me gusta. ¿te gusta la última, Peggy Ann?

Hundí más las uñas en mis brazos, porque su dolor era demasiado evidente y no podía pronunciar ni una palabra.

-No la digas, me restas crédito a mi monologo de: ¡IDIOTAMENTE SEDUCIDA! – dijo muy alto. Y en un susurro tan bajito y rápido que casi no oí añadió– Por un hermoso humano que me tiene loca.
Sabía que después de haber reconocido esto, en una chica normal el llanto era lo siguiente, pero en Gee no sabría decir que era lo siguiente.

-Peggy Ann, necesito estar sola –lo indicó sin opción a discutir

Aflojé mis brazos que se encontraban entumecidos por la fuerza con la que los tenia agarrados y me giré. Nunca abandoné mi puesto a tan solo un paso de la puerta, así que hice un pequeño asentimiento. Sabía que no lo vería. Abrí la puerta dispuesta a salir y darle su espacio.

-Gracias por escucharme. Ya está, lo dije, pero no me volverás a oírtelo decir en la vida.-

-Ok- dije con un mínima sonrisa. Gee, constantemente mostrándose resistente a todo. Luego me fui a mi cuarto.


….

Al regresar me encontré a Dank recostado en mi cama, los brazos cruzados en la parte posterior de cabeza. Mi corazón comenzó a bombear rápidamente y mi estómago se agitó. Ese era el efecto que le hacía tener a mi cuerpo por sentir su presencia. Me acerqué, quité mis zapatos y me subí a la cama con él. Me ubiqué diagonal a su regazo,  mis brazos en su pecho, mire su hermosísimo rostro apreciado cada parte de él.

-Hola- musité. Y mi mano tomó vida propia y empezó a acariciar su barbilla, el cerró los ojos absorbiendo mi toque .

-Hola- dijo a su vez besando mi frente.

-Te extrañe mucho en estos días- recorría con mis dedos sus cejas-

El enfocó su mirada en mí y me atrapo en su mirada por completo, sus ojos estaban luminosos.

-Yo también, cada segundo estuve contándolo para regresar y estar a tu lado.-

Me colocó más arriba en su regazo y su mano acariciaba mi cabello haciendo pequeños nudos al final.

-Vi a Gee hoy.-dije mientras disfrutaba de su tierno toque- No era la misma Gee de siempre.

-Lo sé, Pagan- dijo reservadamente con un sutil suspiro.

-¿Lo sabes? ¿Cómo? Ella me dijo que no ha estado contigo, que le buscaste un reemplazo –suavicé el ceño ligero que se hizo en su frente con mi pulgar

-No la he visto, pero si a Loose en los ensayos de la banda, y eso es más que suficiente para darme cuenta que se han seguido viendo en este tiempo.-

-¿Loose te dijo algo?-

-No, pero tampoco es necesario; tiene siempre una sonrisa pegada al rostro, anda distraído y cuando Les  llegó con una de sus “amiguitas” el ni se inmutó.

-¿En serio?  ¿Qué clase de “amiguitas”?- mi lado posesivo salió a la luz-

-Unas que no me interesan. Y como saben que yo tengo solo ojos para Mi. Chica,intetan ignorarme, -dijo con una sonrisa un tanto arrogante- pero cuando Loose las ignoró,fue de lo más interesante. Se fue con una excusa pobre.  Luego  de los treinta minutos de descanso,regresó completamente relajado y en control. Y el ensayo fue  mejor, lo que me dio a entender que era Gee la causante de ese repentino cambio en el chico sexo fácil.-

-Si Gee decidiera... ya sabes, así como tú lo hiciste, elegirme a mí. ¿ella podría elegirlo a él?-

-Sí, ella podría hacer eso.-

-Pero… siempre hay un "pero" ¿verdad?  Tú…-

-No lo haría Pagan, no podría hacerle eso a Gee-

Coloqué mi mano en su rostro y el busco mi toque refugiándose en él. Cuando abrió sus ojos vi resolución en ellos-

-Dank, lo que dices es…- no quería decirlo en voz alta-

-Rompí las reglas por ti una vez, Pagan, elegí tu amor sobre todo, pero no podría hacerle eso a Gee. Encadenarla al infierno por haberse enamorado, no lo haré y eso sería ir contra las reglas otras vez,así que tanto Gee como yo estamos jodidos.- lo dijo sin mirarme-

-Dank no, por favor, no puedo vivir sin ti ~y tampoco quería que le pasara nada a Gee~ - Me quebré por dentro. Esto era malo, muy malo.

-Pagan, bésame por favor - dijo Dank con urgencia en su voz-

 Mis emociones y pensamientos estaban mezclándose, quería ser mezquina con Gee. Dank no me podía abandonarme, pero quería tenerla a ella también a mi lado. No quería perder a ningunos de los dos mi corazón no podría resistirlo.

-Pagan, bésame te lo suplico, por favor-

El tono de su ruego fue como un cuchillo enterrándose en mí, me acerqué a él y recorrí con mi pulgar sus labios memorizando cada parte de su perfecta boca, luego mis labios atraparon los suyos y él me besaba como si estuviera hambriento por mí,como si nunca pudiera tener suficiente de mí. Era una enorme necesidad que me dolía, y sabía que a él le atormentaba también.

Una ligera lluvia empezó caer, Y a medida que nuestros besos se profundizaban,también lo hacía la lluvia. Dank y yo éramos un enredo de labios, brazos y cuerpo. Lo amaba más que nada y lucharía por él, y él lo haría por mí, pero ahora éramos solo nosotros disfrutando cada momento juntos.
Después vendría lo peor que era enfrentarnos a la Deidad. La regla podría romperse una vez más y desde hoy quedaban solo cinco días.


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